Orientación:
La ubicación geográfica de la vivienda en combinación con la orientación de la misma tienen su peso a la hora de medir la eficiencia energética. “En Andalucía es mejor la orientación norte para no gastar tanto aire acondicionado, mientras que en Madrid, interesa más la sur o sureste, que permite una mayor entrada de rayos solares en invierno, repercutiendo en el gasto de calefacción”, manifiesta Cervera. Para Pina, las protecciones solares son fundamentales con la orientación sur en verano, mientras que en invierno, esta orientación significa calor gratis. “Hacia el norte habría que trabajar los aislamientos, mientras que las casas que miran al este y al oeste son muy problemáticas porque el sol suele ser perjudicial en verano y poco aprovechable en invierno”, añade. Cuando no es posible elegir la orientación, se juega con otros elementos: “Si te toca un poco el sol y quieres que aporte calor en invierno, hay que apartar las cortinas y subir las persianas por la mañana. En verano habría que usar toldos y persianas con lamas orientables”, comenta Pérez. Este pequeño gesto, baja la factura de la calefacción y del aire acondicionado entre un 10% y un 15%.
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